La duración de las clases está escogida teniendo en mente la capacidad de atención de cada edad. Con clases más largas sería imposible mantener su atención en las actividades. Por este mismo motivo, las actividades son variadas y dinámicas, trabajando la comunicación oral.
En POP 3 introducimos por primera vez el trabajo explícito de lectoescritura, con ejercicios en los que tendrán que escribir pequeñas frases. Comenzaremos trabajando estas frases como grupo, respondiendo oralmente y escribiendo la profesora en la pizarra la frase para que se pueda apuntar. Poco a poco, hacia final de curso, se trabajará de forma cada vez más autónoma, llegando a ser capaces los alumnos de completar ejercicios individualmente. Del mismo modo, comenzaremos a trabajar textos, dando ideas y pensando como grupo y poco a poco escribiéndolos entre todas y todos.
En POP 4/5, continuamos el trabajo de lectoescritura iniciado en niveles anteriores, o en la escuela en el caso de nuevos alumnos. Cada niño avanza escribiendo frases más complejas, y hacia el final de POP 5 podrán redactar pequeños textos.
En cualquier caso, el trabajo escrito no será ni el único ni el principal elemento de la lección, sino que se introduce el vocabulario de forma visual y se trabaja la gramática de forma práctica, es decir, creando juegos y situaciones en las que se ha de poner en uso: diálogos, juegos interactivos, actividades en las que se ha de acompañar una acción con una frase, etc.
También trabajamos la educación emocional dando un espacio a actividades relacionadas con vocabulario e identificación emocional al principio de la clase. Con cartas, cuentos, teatro y diferentes juegos, hablaremos de cómo nos sentimos o cómo se sienten los personajes. En definitiva, crear un espacio de cuidado y de vínculo emocional con los compañeros y profesora ayuda a motivar a cada peque y a que se impliquen en el aula.
En definitiva, son edades en las que se aprende el inglés de forma práctica, utilizándolo en situaciones comunicativas realistas, para establecer diálogos con los compañeros, así como en juegos. Es decir, no se hace de momento un estudio abstracto de la gramática.
El profesor o profesora hablará siempre en inglés en clase, tanto para dar instrucciones para las actividades como para hablar de cómo nos sentimos cada día, preguntar a los alumnos qué han hecho el fin de semana, hablar de los temas de cada unidad, etc. pero también para cualquier necesidad que surja en la clase. Por ejemplo, si dos personas quieren ser la primera en un juego, o si alguien quiere una carta que otra persona escogió. En estas edades los niños tienen la capacidad de comprender un mensaje aunque no entiendan todas las palabras que se les dicen, porque prestan una gran atención al lenguaje no verbal: tono, gestos, posición corporal. Gracias a esto, siendo muy teatrales, las profesoras podemos conseguir que todas las situaciones del aula se resuelvan en inglés. No obstante, si en algún momento puntual es necesario, podrán hablar en castellano, por ejemplo, imaginemos el caso de un alumno que se ha enfadado con otro y dice que se quiere ir de clase. En definitiva, primará siempre el bienestar de los niños, pero en nuestra experiencia no suele ser necesario y podemos confiar en su comprensión intuitiva.
Finalmente, los grupos son muy reducidos, de máximo 9 alumnos. Esto garantiza una atención personalizada y maximiza el tiempo de interacción y expresión en inglés que tiene cada niño. Además, facilita el seguimiento individualizado de las tareas escritas que se van haciendo en clase, de los deberes en los niveles en los que se comienzan a asignar y de la evolución general de cada alumno.